González Bastías nació el 21 de mayo de 1879 en Nirivilo, «pequeño pueblo del Maule, enclavado en la cordillera de la Costa, distante unos veinte kilómetros, aproximadamente, de Infiernillo»
González Bastías nació el 21 de mayo de 1879 en Nirivilo, «pequeño pueblo del Maule, enclavado en la cordillera de la Costa, distante unos veinte kilómetros, aproximadamente, de Infiernillo» (Rafide, p. 3). Sus estudios básicos los realizó en el Liceo de Hombres de Talca y en 1898 viajó a Santiago para continuar la enseñanza secundaria en el Instituto Nacional.
Inició su carrera en las letras trabajando como periodista para los diarios talquinos La Libertad y El Deber. Posteriormente, se trasladó a Santiago y trabajó en El Imparcial (Merino Reyes, Luis. «Jorge González Bastías». La Prensa. Curicó, 16 de mayo de 1993, p. 1). En la capital, colaboró con poemas en las revistas Pluma y Lápiz (1900-1904), Zig-Zag (1905-1964), Sucesos (1902-1932) y Juventud (1911-1951).
Fue un escritor que cultivó varias amistades literarias. En Santiago, estrechó lazos con Pedro Antonio González (1863-1903) y Víctor Domingo Silva (1882-1960) y «no tardó en relacionarse con otros ingenios líricos y cómicos, con prosistas, con cuantos pintan, representan, esculpen, cantan, con todos los creadores de algo». En 1906, se trasladó a vivir definitivamente a Infiernillo, «alternando las labores agrícolas con las inquietudes poéticas» (Ramos Gacitúa, Orlando. «Jorge González Bastías, el Poeta del Maule». La Discusión. Chillán, 23 de diciembre de 1975, p. 3). Sin embargo, solía viajar a Santiago, Talca y Constitución. Particularmente, en Talca se relacionaba con el núcleo cercano de sus compañeros literatos, entre ellos, Jerónimo Lagos Lisboa (1883-1958) y Domingo Melfi Demarco (1892-1946) (González Vera, José Santos. «Jorge González Bastías». Algunos. Santiago de Chile: Nascimento, 1967, p. 72).
Hacia comienzos de siglo XX, publicó poemas en diferentes medios periódicos, como por ejemplo: Pluma y Lápiz (1900-1904), en donde dio a conocer los textos «Marsellesa», «Balada amorosa», «Medioeval» y «Umbra», en los números 103, 104, 105 y 106, del mes de diciembre de 1902; el poema «Horas lentas» aparecido en el número 165, de marzo de 1904, de la misma revista; en Zig-Zag, colaboró con «Visión Helena», en el año 1906; en Sucesos (1902-1932), publicó el poema «El Buey», en el número 275, de diciembre de 1907.
En 1911, editó su primer libro, Misas de primavera, poemario en el que recogió parte de esas primeras composiciones. Se observó en este libro -entrelazado con el tema amoroso- un tono elegíaco y la expresión y representación del mundo rural; línea temática que desarrolló en su poesía posterior.
Su segundo libro, El poema de las tierras pobres, ha sido leído por la crítica literaria chilena, principalmente, como un texto de denuncia ante el avance de la modernización de la producción agrícola en el territorio cercano al río Maule. Este libro ha sido considerado un «poema señero y paradigmático en la literatura chilena de principios del siglo 20, cuando la cuestión social apremiaba y las represiones oligarcas llenaban los caminos rurales y los cementerios clandestinos de animitas y fosas comunes» (González Koppmann, p. 7).
En 1933, González Bastías publicó Vera rústica, poemario en el que persiste la línea temática rural. Este tercer libro ha sido leído como una obra en la que se expresa la madurez de su autor, especialmente, en relación con los procedimientos formales de sus composiciones.
Del venero nativo fue el último poemario de Jorge González Bastías. En él, los estudiosos de su obra han notado la permanencia del espacio natural, pero con un cambio de foco hacia al ambiente de la minería, con especial atención a la figura del minero, sus cavilaciones y las maneras en que se relacionaba con su entorno.
La labor extraliteraria de González Bastías se dividió entre la agricultura y la política; la primera la desarrolló en su fundo de la localidad de Infiernillo; en tanto que la segunda, lo llevó a desempeñarse como regidor y alcalde de Nirivilo durante varios períodos.
El poeta falleció a los 71 años el 22 de noviembre de 1950 en Infiernillo. Recibió varios homenajes póstumos durante los años próximos a su muerte. En 1955, Prisma, revista del Liceo de Hombres de Talca le dedicó un número especial. El 27 de mayo de 1956, la estación de trenes «Infiernillo» recibió el nombre de «Poeta González Bastías». Dos años después, por iniciativa del Grupo Fuego de la Poesía, fue inaugurado un busto en su memoria, frente a su hogar (Rafide, p. 3). También aparecieron publicaciones póstumas de su obra. En 1952, se editó Antología, libro a cargo de Carlos Préndez Saldías (1892-1963) y Jerónimo Lagos Lisboa y, en 1970, la Universidad Católica de Talca le rindió un homenaje con la publicación de la colección de poemas y fotos, El poeta de las tierras pobres, cuya edición estuvo al cuidado de Carlos René Correa (1912-1999).